NO SE CANSEN, SIGAN

*_Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe. Gálatas 6:9‭-‬10 NTV_*


Por un momento imagino un campo listo para sembrar, esperando la lluvia. Después de todo el trabajo que lleva preparar el campo, la tierra, sembrar. Todo lleva mucho trabajo bajo el sol, frío, pero necesitamos la lluvia, para hidratar la tierra y ayudar el cultivo. Y después lleva muchos días para que todo esté listo para cosechar. Pensa: ¿Qué pasaría si el sembrador estuviera apurado y quisiera todo ya ya? Espera una semana, un mes y chau no ve el fruto, se cansó y se va. Decide ir a la ciudad y cambiar de trabajo porque no ve frutos rápido. Pero llega una persona a ese campo, lo termina de cuidar, sin prisa y apuro, ve la hermosura de la flor, el fruto, todo tan perfecto. Cosecha de manera abundante. Pero su dueño, se fue, alguien más cosechó por él. No tuvo la paciencia para ver el fruto y su afán le quitó el sentido del campo: cosechar.


A veces somos así, luchamos con algo, sacamos todo lo que no es de Dios, preparamos el terreno con palabra y adoración, pero no vemos la sanidad ahí, rápido. No vemos como nuestras finanzas cambian, nuestros hijos cambian, nuestro carácter cambia. Nada es instantáneo, pero a veces lo creemos. Nos enojamos y nos vamos. No esperamos, no somos pacientes ni diligentes, pero luego de tanto trabajo que hacemos hay fruto, pero no lo vemos porque nos fuimos. 


Qué triste hubiera sido si Dios fuera así con nosotros, gracias a Él por su amor que sin prisa nos amó y nos esperó, se entregó por nosotros, nos puso  en la relación correcta, no siguió amando, atrayendo con lazos de amor y no se dió por vencido, siguió.


*No sé en qué estás sembrando,  qué cosecha estás esperando, pero no te canses de hacer el bien, no te canses, seguí, si no desfalleces y continuas, a su tiempo, vas a cosechar.*


Oración: Amado Dios, renueva mis fuerzas para esperar con paz la cosecha, que tu Espíritu Santo me hable todo el tiempo para conocer tus diseños. Si ayer sembré mal, te escucho y quiero sembrar en lo que esperas, donde nunca voy a ser decepcionado. Gracias por ser la roca imponente de mi salvación dónde no seré confundido. Aunque mis ojos no vean, mi fe crecerá en Cristo, con certeza, sin temor. Que todos mis días sean para agradarte. Yo elijo seguir haciendo el bien, me mantengo firme y atento, yo sigo! En el nombre que es sobre todo nombre, JESÚS, Amén!

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